Esta historia es anónimo y la estare contando en primera persona.
Has escuchado hablar de la típica frase del odio al amor solo hay un paso... Amarse.
En mi caso fue lo contrario.
Cuando iba en la secundaria conocí un chico muy lindo sus ojos tan brillantes ante el sol, sus labios tan rosas como una flor y su sonrisa tan deslumbrante el para mí era perfecto lo admiraba siempre que estaba a su lado.
Cada día a su lado me enamoraba más, miraba cada pequeño detalle de el.
Siempre que estaba a su lado me hacía pequeñas bromas y yo a él también.
Cómo ibas en el mismo trasporte me sente a su lado y me quedé dormida en su hombro hasta que llegue a mi casa, escuche su dulce y hermosa voz hablándome y cuando desperté me estaba acusando de algo que no hice lo que dijo el fue: ella me robo dinero; lo dijo mientras me señalaba a lo cual yo respondí enojada que no fui yo y lo que hice fue salir del carro tomar mi mochila de la cajuela y entrar a mi casa enojada por su acusación.
Desde ese día mi amor hacia el se volvió odio siempre que me veía me acusaba o decía cosas de mi y eso me rompió más el corazón y cada día que nos íbamos juntos en el transporte trataba de sentarme lo más lejos de el.
Con los días yo le dije de hablar aún que mi odio era más; un día el me habló a lo cual yo lo ignore el cada día se comportaba más amable conmigo pero yo a él no le tomaba más importancia.
Con el tiempo y sus acciones trate de no odiarlo, pero una de mis amigas que yo confiaba demasiado en ella me dijo: ya le pagué lo que le robaste; y yo me quedé en shock y le dije que si enserio creía que yo le había robado ese dinero eso fue lo que levanto más mi odió hacia el.
Con el pasar del tiempo termine la secundaria y no le volví hablar hasta el último día que se disculpo por lo que había pasado que no había sido esa su intención y que en realidad le gustaba y solo se quería acercar a mi pero no sabía cómo y me dio un abrazo y nos despedimos.
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